Algunas historias que nos cuentan sobre piratas cuando eramos niños (o por lo menos a mí sí me las contaron), relataban que los capitanes, cuando morían, dejaban sus tesoros escondidos en un lugar que sólo ellos conocían, y el mapa, junto con el secreto, se lo llevaban a la tumba; luego algún aventurero osado y gallardo decide buscar el mapa del capitán "X" para hallar su tesoro... bueno ya conocen el resto de la historia, por lo menos a los que les contaron historias como a mí.
Así hay muchas historias de mucha gente que se va a la tumba con algún secreto, o lo guarda durante mucho tiempo; simbólicamente podría tratarse de la ubicación del tesoro que enriquecerá a alguien más y quien guarda el secreto es demasiado egoísta para cederlo sin más. Se ve en telenovelas, en libros, en poemas, cuentos, novelas, etcétera. Algunas veces bien empleado.
Hay una forma más de ver el secreto: El poder sobre otras personas; a veces no sólo la envidia actúa para resguardar algo de los demás. El rey Basilio de La vida es sueño mantenía su poder sobre Segismundo ocultándole que él era el principe y heredero legítimo del trono porque le temía; era su manera de tener cierto control sobre su cautivo y desdichado hijo. Después de varios años, decide que debe saber la verdad, pero no le muestra la verdad completa o perdería el control sobre el principe que habría de matarlo y usurpar el poder; claro, le dice laverdad, pero si todo resulta según sus predicciones, le dirán que todo es un sueño:
A Segismundo, mi hijo,
el influjo de su estrella
(bien lo sabéis) amenaza
mil desdichas y tragedias [...]
Si él supiera que es mi hijo
hoy, y mañana se viera
segunda vez reducido
a su prisión y miseria,
cierto es que de su condición
que desesperara en ella (vv. 1098-1101 y 1126-1130)
El plan consiste en engañar con la verdad, así Basilio no teme que los hados cumplan lo que le tienen preparado, su hijo sabrá la verdad, pero creera que no es real, así seguirá sometido a la mentira de su padre en caso de cumplir con lo profetizado por los astros.
A veces se cree que poseer una verdad no revelada nos da cierto poder sobre quien lo ignora, pasa de la envidía inicial al complejo de superioridad; es cierto que la información es poder, cuando no está masificada, de lo bueno poco, entre menos se abarca más se ahonda en algo. Pero ocultar algo personal, o algo que beneficiaría a alguien y que ese alguien desea saber otorga poder, deseo de controlar y sentirnos gobernantes de ese alguien; hace muchos años, cuando era joven, estudiaba en secundaria, una niña me decía "hay una niña a la que le gustas, pero no te voy a decira quien", y me hizo cumplirle hasta el menor capricho para que me lo dijera; años después me enteré que era ella, y lógicamente, yo mataba por darle un beso. Obtuvo todo el poder sobre mí por sólo por saber algo que ignoraba y quería saber. Así sucede de vez en cuando, aún ahora a mi larga edad, no que llegue una mujer y me diga sé a quien le gustas, pero la curiosidad en mí es grande y cuando alguien sabe algo que yo ignoro y tiene que ver conmigo, pues hago hasta lo imposible por saberlo.
Y claro, los más clásicos secreto, por los que uno sufre gran parte de su vida, los que no se quieren decir no por egoista, no por sentir el poder sobre otro, sino porque los resultados son dolorosos. Una sugerencia eficaz para aquellos tímidos la cuenta un gran señor que admiro, Juan José Arreola, en su poema en prosa "Dama de pensamientos" (Obras completas, Fondo de Cultura Económica, 2006, pág. 403), donde sugiere que tomemos cualquier mujer de nuestro agrado y la retengamos en la mente, y nos complazcamos en verla deambular por nuestra mente como un felino inquieto y lleno de gracia. A veces pasa, Elrich Zahn es especialista en timidez, no puede decirle a la chica que le gusta, que le gusta, por miedo al fracaso, por miedo al dolor, y hasta puede que tenga miedo al triunfo, que se le acabe su mundo de fantasías. Cuando no queda otra salida, pues uno se conforma con verlas pasar, con amarlas a la distancia, como Zahn, o como Carlos McKenzie, en ocasiones a Leontesinos le sucede algo semejante, y a Jorge Lavalle; "Te vi de lejos, única./Te recorte del aire./Te puse entre papeles,/ donde no te mira nadie. (Enrique de Rivas, "Posesión", en En la herencia del día, Universidad de Zulia, Maracaibo, 1996, col. Arte y letras, pag. 15)".
Aquello que crea el secreto en cada persona es basto, pero no siempre bueno, la falta de confianza en otros, en uno mismo, refleja la ineficacia de la relación entre el mundo interno y el externo. La extroversión es buena, cuando es controlada, controlada, hay que saber en quien confiar, y aunque sólo podamos confiar en nosotros mismo, vale la pena despeñarse por revelar un secreto, beneficiamos a otros, nos beneficiamos nosotros mismos; pero tampoco hay que ser un libro abierto.
Octavio Guerra.
Así hay muchas historias de mucha gente que se va a la tumba con algún secreto, o lo guarda durante mucho tiempo; simbólicamente podría tratarse de la ubicación del tesoro que enriquecerá a alguien más y quien guarda el secreto es demasiado egoísta para cederlo sin más. Se ve en telenovelas, en libros, en poemas, cuentos, novelas, etcétera. Algunas veces bien empleado.
Hay una forma más de ver el secreto: El poder sobre otras personas; a veces no sólo la envidia actúa para resguardar algo de los demás. El rey Basilio de La vida es sueño mantenía su poder sobre Segismundo ocultándole que él era el principe y heredero legítimo del trono porque le temía; era su manera de tener cierto control sobre su cautivo y desdichado hijo. Después de varios años, decide que debe saber la verdad, pero no le muestra la verdad completa o perdería el control sobre el principe que habría de matarlo y usurpar el poder; claro, le dice laverdad, pero si todo resulta según sus predicciones, le dirán que todo es un sueño:
A Segismundo, mi hijo,
el influjo de su estrella
(bien lo sabéis) amenaza
mil desdichas y tragedias [...]
Si él supiera que es mi hijo
hoy, y mañana se viera
segunda vez reducido
a su prisión y miseria,
cierto es que de su condición
que desesperara en ella (vv. 1098-1101 y 1126-1130)
El plan consiste en engañar con la verdad, así Basilio no teme que los hados cumplan lo que le tienen preparado, su hijo sabrá la verdad, pero creera que no es real, así seguirá sometido a la mentira de su padre en caso de cumplir con lo profetizado por los astros.
A veces se cree que poseer una verdad no revelada nos da cierto poder sobre quien lo ignora, pasa de la envidía inicial al complejo de superioridad; es cierto que la información es poder, cuando no está masificada, de lo bueno poco, entre menos se abarca más se ahonda en algo. Pero ocultar algo personal, o algo que beneficiaría a alguien y que ese alguien desea saber otorga poder, deseo de controlar y sentirnos gobernantes de ese alguien; hace muchos años, cuando era joven, estudiaba en secundaria, una niña me decía "hay una niña a la que le gustas, pero no te voy a decira quien", y me hizo cumplirle hasta el menor capricho para que me lo dijera; años después me enteré que era ella, y lógicamente, yo mataba por darle un beso. Obtuvo todo el poder sobre mí por sólo por saber algo que ignoraba y quería saber. Así sucede de vez en cuando, aún ahora a mi larga edad, no que llegue una mujer y me diga sé a quien le gustas, pero la curiosidad en mí es grande y cuando alguien sabe algo que yo ignoro y tiene que ver conmigo, pues hago hasta lo imposible por saberlo.
Y claro, los más clásicos secreto, por los que uno sufre gran parte de su vida, los que no se quieren decir no por egoista, no por sentir el poder sobre otro, sino porque los resultados son dolorosos. Una sugerencia eficaz para aquellos tímidos la cuenta un gran señor que admiro, Juan José Arreola, en su poema en prosa "Dama de pensamientos" (Obras completas, Fondo de Cultura Económica, 2006, pág. 403), donde sugiere que tomemos cualquier mujer de nuestro agrado y la retengamos en la mente, y nos complazcamos en verla deambular por nuestra mente como un felino inquieto y lleno de gracia. A veces pasa, Elrich Zahn es especialista en timidez, no puede decirle a la chica que le gusta, que le gusta, por miedo al fracaso, por miedo al dolor, y hasta puede que tenga miedo al triunfo, que se le acabe su mundo de fantasías. Cuando no queda otra salida, pues uno se conforma con verlas pasar, con amarlas a la distancia, como Zahn, o como Carlos McKenzie, en ocasiones a Leontesinos le sucede algo semejante, y a Jorge Lavalle; "Te vi de lejos, única./Te recorte del aire./Te puse entre papeles,/ donde no te mira nadie. (Enrique de Rivas, "Posesión", en En la herencia del día, Universidad de Zulia, Maracaibo, 1996, col. Arte y letras, pag. 15)".
Aquello que crea el secreto en cada persona es basto, pero no siempre bueno, la falta de confianza en otros, en uno mismo, refleja la ineficacia de la relación entre el mundo interno y el externo. La extroversión es buena, cuando es controlada, controlada, hay que saber en quien confiar, y aunque sólo podamos confiar en nosotros mismo, vale la pena despeñarse por revelar un secreto, beneficiamos a otros, nos beneficiamos nosotros mismos; pero tampoco hay que ser un libro abierto.
Octavio Guerra.
1 comentario:
Estimable maestro Tavo, confieso que no es el mejor de sus ensayos, pero, todo lo que hace es totalmente impresionante, si cuenta con bibliografía de Calderón, le pido de la manera más atenta que me proporcione algo...
y de nueva cuenta, y como es su costumbre, nos expone de la manera más cruel y vil a los que integramos al cuarteto de cuerdos... pero todo sea por el arte... sólo le pido más discreción.
Su amigo, seguidor y alumno Elrich Zahn
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