Se me hizo agradable la idea —con anterior consentimiento por parte de Guerra— de publicar las primeras dos cartas —la que mandé yo y la contestación— de una larga correspondencia que aún tengo con mi gran amigo, poeta, ensayista, cuentista, traductor y gran erudito —el “gran”, quiero aclarar, está sujeto al grado de conocimiento que tiene Octavio, así que dependiendo de que tanto sepan de él, será la erudición a la que aludo con ese “gran”—; digo que se me hizo agradable porque, algunos gazmoños adictos a la tecnología o de una generación en la cual ya los sistemas arcaicos de comunicación son para ellos cosas del siglo XIX, conozcan un poco qué es una carta que no es precisamente enviada por e-mail, y que desde la invención del teléfono y el telegrama ha sido un poco desvirtuado y desusado; también me parece justo, que conozcan un significado más de la palabra correspondencia —esto lo incluyo por petición de Octavio—, que es a la cual hago aquí referencia: el sistema de comunicación mediante escritos de puño y letra o con máquina de escribir —esta máquina es el inmediato antecesor de este sistema complejo por el cual consultas y ves estas palabras— que se reciben por un tardado proceso que no describiré aquí pero que puede usted consultar con su cartero preferido —para explicar un poco, se podría usar una analogía del cartero con su servicio de e-mail (Hotmail, yahoo, gmail, etc.)— y a la cual se contesta por medio del mismo proceso, muy popular en siglos anteriores; a diferencia del significado tan popular que se utiliza para designar las similitudes entre distintas situaciones (literarias —internas o externas—, ocasionales, circunstanciales, metódicas, etc.). Así, sin más, en conjunto con mi gran amigo y hermano de letras Octavio Guerra —el Tavo bélico para los amigos—, les invito a leer el facsimilar de una forma ancestral y centenaria de comunicación, y sin más preámbulos les presento: La carta —para más información consulte con el ya citado cartero si el hambre no los ha extinguido, o puede ir al museo o consultar en una enciclopedia—:
Ciudad de México, a 28 de diciembre del 2008.
Estimado y admirado Octavio:
Probablemente cuando recibas esta carta habrán sucedido dos cosas de capital importancia para la recepción de la misma:
1. Que conociendo mi inquietante deficiencia mental en cuanto de memoria se trata, que olvide que carajos te escribo en la presente y cuando respondas, si es que decides hacerlo de la misma atenta manera en que yo lo hago, por carta, ignore totalmente lo que ésta dice y te mande otra misiva preguntando por qué me escribiste lo que sea que me escribas como respuesta, volviendo un círculo vicioso lo que espero que sea una larga correspondencia; pensándolo bien, ¿qué circulo no es vicioso?; o
2. Conociendo mi inquietante deficiencia para esperar un suceso cualquiera, en este caso, la recepción y respuesta de mi carta, desespere y caiga en la tentación de que la próxima vez que te vea, lo cual espero con ansias, te cuente lo que ésta contiene; o simplemente haga a un lado mis impulsos románticos y acabe sucumbiendo ante la tentación de mandarte un e-mail y la carta cuando llegue carezca de significado alguno, o haya pasado de moda, si se me permite la metáfora, porque incluso ya hayamos dialogado, discutido y llegado a conclusiones satisfactorias, como las que uno puede sacar hablando contigo; entonces, la única función que tendrá haber expuesto mis ideas en este papel, sea para que las tengas presentes en años venideros, o para que a la siguiente mañana de su recepción, puedas prender tu boiler.
Volviendo a lo de mi escasa retención, he rozado este tema con acierto, pues durante mi larga explicación del destino de esta carta y mi comportamiento durante el trayecto he olvidado de qué diantres quería hacerte saber mediante la presente.
Pero bueno, de ante mano sé que ante una persona como tú, se puede hablar de casi cualquier tema que tu sepas manejar y que conozcas; pero antes de entrar en otras discusiones y que lo olvide, quería agradecerte por tu oportuna participación y sugerencias en la corrección de algunos de mis poemas, si no los más celebres (¿existiría tal adjetivación para mis insípidas y trashumantes líneas poéticas y prosísticas?) sí los que más me han convencido de que he podido hallar ese punto ecléctico entre la vida y el sueño: la nada.
Y ya que he dicho la nada, y que no recuerdo de que quería tratar contigo, la nada me parece un buen tema. Creo, con temor de equivocarme, que la nada gobierna la más grande parte del tiempo, piénsalo, antes de nacer éramos nada, después de nacer seremos nada; es de suponer que hablo de nuestra esencias, pues antes de nacer, por largo tiempo somos espermas, y después de morir, por largo tiempo somos carroña pestilente, luego comida de gusanos, luego comida de pájaros, y al final de ese ciclo de alimentación, seremos cagada, aunque conozco ciertos casos de gente que sin necesidad de morir ya lo son, cfr. Al presidente actual de nuestra linda nación (nótese la ironía de la palabra linda) y su séquito de delincuentes, perdón, burócratas, diputados, senadores y los secretarios; a todos esos militares prepotentes e imbéciles en cuanto toda la extensión de la palabra, Bush, y, para abreviar un poco, todos aquellos explotadores que ven en cada trabajador una máquina fácilmente explotable y manipulable, lástima de la población en general que se deja abusar.
Perdón por el paréntesis panfletario, pero me permito esta libertad por la capacidad de intimar contigo gracias a este medio. La nada, vuelvo, esa nada que compone el universo, esa nada que a veces es necesaria para llenar nuestras vidas y no dejarlas, al fin, tan vacías. Esa nada colorida, perturbadora, ¿quién me afirma que lo que veo sólo es lo que quiero ver y frente sólo hay un enorme montón de nada, como decía Bukowski?
Sería bueno indagar un poco en estás dicotomías, ¿no es así che? y pues, ya que te quite el tiempo hablando de nada, pido una disculpa de antemano, pues sé que tienes cosas más importantes de que ocuparte en lugar de estar pensando en nada como te propongo; pero podemos nadear en nuestra próxima reunión.
Atenta y cordialmente, tu amigo, servidor y admirador:
Elrich Zahn.
Por una vida más irreal y subversiva.
P.D. La nada es utópica, podemos pensar en ella, pero no podemos culminarla.
Ahora, la carta con la que me responde el sensato y agraciado Octavio Guerra.
Ciudad de México a 6 de enero del 2009.
Estimado e inestable Elrich:
Me sorprende vuestra fuerza de voluntad, pese a las constantes reuniones no se os escapó nada de lo que tratas en vuestra misiva, y espero que no olvidéis lo que estaremos tratando en nuestra correspondencia durante el tiempo venidero.
Para desdicha de ambos, también olvidasteis nadear conmigo, pero eso por ahora lo podemos postergar. Permíteme unirme con todo el descaro que me es posible a tu idea de la mierda y los políticos, de la mierda y los empresarios, e incluyo, pues probablemente lo habéis olvidado, la relación entre la mierda y el capitalismo, que creo que resume toda la mierda que ha caído sobre la humanidad.
Con respecto a la nada, tuve el placentero placer de releer algunos cuentos y algunos poemas en los cuales tratáis el tema con excelsa delicadeza, con suma inmersión en el asunto, y está demás citar algunos fragmentos tuyos, pues los conocerás muy bien, sólo piensa un poco, has lo posible por recordar. He llegado, gracias a otras lecturas, a otros anónimos héroes que se han encargado denunciar la vacuidad de la vida, a pensar con la severidad de un monje, que la vida es, en suma, ochenta por ciento nada, veinte por ciento infancia, claro que hay excepciones, y éstas son excepcionales, se trata de aquellos valientes que se sacrifican en el útero de sus madres, en los accidentes, que reciben los golpes, los abusos, las injusticias y la miseria por nosotros; esos que no han llegado a los quince años y mueren, que tienen en su vida cien por ciento nada de nada, sin vacuidad. Pregunto a vuestra merced, ¿a caso tiene sentido la vida cuando a uno le hacen creer que seguir siendo niño es un pecado que se tiene que purgar con trabajos monótonos y aburridos, con seriedad mortal, matando nuestra posesión más preciada, la imaginación? Haciendo un lado el sentido romántico que nos ha atacado, qué nos queda en esta miserable vida sino el soñar, qué le impregna sentido a nuestra insignificante vida sino pasarla tratando de realizar nuestros sueños.
Me desvié un poco del tema, pero puedo regresar al camino; qué son los sueños sino simples visiones inexistentes, he ahí, que como decías en la carta anterior, que debemos llenar con nada lo vacío, si pensamos que los sueños, sueños son, como dice Calderón (de la Barca, no el de la basca, perdón, Hinojosa); sueños como alimento para el espíritu, que no atraviesan el umbral de lo tangible.
Insigne e ilustre amigo mío, mi postura final, pero no decisiva, no porque ya no tenga que decir, sino que ya no tengo papel —se me ha terminado el papel higiénico y tuve que suplirlo con el que escribo— y la tinta está próxima a pasar a mejor vida, la de las letras, es que la nada no tiene nada de misterioso, místico o superfluo, todo lo contrario; sólo quiero darte a saber que creo, al igual que vuestra merced, la nada es utópica y en vuestra merced, un tópico.
Con agrado y esperando impaciente su próxima misiva:
Octavio Guerra.
Estas son, al fin las dos carta con las que se inicia una larga y pesada correspondencia.
Nota de los autores: Para más información y referencias sobre las palabras usadas aquí, como: boiler, cartero, Calderón (como sinónimo de mierda), diciembre, inestable, Guerra, Elrich, Ciudad, consulte el diccionario de autoridades; para palabras como nadear, haga el favor ponerse al pendiente de nuestra próxima reunión y se lo explicamos con detalle. Para palabras como romántico, Calderón (como sinónimo de genialidad), vea por favor el Diccionario del estilo literario, edición de Zahn, Leontesinos, Castillo, Lavalle, Guerra, editorial Paradoja, 2008, México.
Elrich Zahn y Octavio Guerra.
Elrich Zahn y Octavio Guerra.
1 comentario:
Estimado Octavio, sólo debo decir que tu inteligencia ha inhundado nuestra existencia. Por cierto Elrich ha comenzado a evolucionar de manera comética, eso es bueno??
En fin Octavio, date una vuelta por los blogs y publica más textos tuyos, lamento informarte que te estas quedando atrás, eh!!
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